Cómo vivimos
La vida no es para entenderse sino para vivirse.
Fernando Rielo
Caminando Juntos hacia la Santidad
Nosotros, los misioneros y misioneras identes, nos proponemos vivir la perfección en la pobreza, la castidad y la obediencia, siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Al renunciar al espíritu de este mundo, recibimos la riqueza, la fecundidad y la libertad que Cristo promete a quienes lo siguen: “En verdad os digo que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones– y en la edad futura, vida eterna” (Mc 10,29s).
Adoptamos la vida en común como una auténtica familia reunida en nombre de Cristo, bajo su promesa: “donde dos o más estén reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos” (Mt 18,20). Nuestro modelo es la Sagrada Familia, que inspira nuestro estilo de vida, caracterizado por el estado de perfección y un amor profundo y entrañable. En nuestro Instituto, también contamos con miembros que, aunque no viven en comunidad, comparten plenamente nuestra misión y espíritu.
Nuestro examen ascético y místico es una práctica comunitaria, fundamentada en las palabras de Cristo: “donde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos” (Mt 18,20). Buscamos así vivir el mandato de la santidad: “Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt 5,48).

Este examen, que realizamos semanalmente en comunidades homogéneas, nos ayuda a progresar en la santidad, que solo puede lograrse mediante una obediencia amorosa a la voluntad divina, representada por nuestro rector o rectora. A través de esta práctica, nos preparamos para vivir el Evangelio, la Eucaristía y la oración continua, y así llevar adelante nuestra actividad apostólica, trabajo y estudio con un espíritu de santidad compartida.
Simplemente sí
La existencia de Dios sólo tiene una prueba:
tú mismo. – F. Rielo